Desde mediados de octubre, las grullas llegan, desde el norte de Europa, a lugares más cálidos para pasar el invierno.
En mi ventana, llegaron algo adelantadas, a mediados de septiembre, y en forma de cortina improvisada. Llegaron para quedarse y llenar la habitación de mis sueños con los colores del arcoiris. Se las ve sonreir a gusto con el lugar y con la música que suena cada tarde, escuchan con atención y disimuladamente conversaciones entre amigas y, muy de tarde en tarde, cuando el día está oscuro, murmuran entre ellas y con mucha delicadeza y a la de tres, mueven sus alas, todas a la vez, para que entre algo más de luz.
Queremos ver esa cortina de grullas.....!!!!
ResponderEliminarEn este blog se cumplen todos los deseos...
EliminarGuauuuu....qué bonita...!!
EliminarDoy fé de ello....
EliminarCasualmente llegue aqui... casualmente vi tus grullas en tú ventana... llenas de alegria, de color, de sueños, de secretos.. tus grullas no me dejaron indiferente.. quiero aprender a hacer grullas.......( Creo que tengo un nuevo reto) Gracias.
ResponderEliminarViginia.
Gracias Virginia. Espero que no dejes nunca de hacer grullas y de embarcarte en nuevos retos. Espero que no dejes nunca de aprender. Un abrazo.
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