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domingo, 16 de octubre de 2016

Un regalo para mi corazón

No hay nada más urgente que vivir y valorar la vida. Esta frase es una, de las tantas recopiladas durante las últimas semanas, con las que intento recapacitar y aprender.

Este año llegó, ya en su primer mes, con una circunstancia de esas que te cambian la vida, que te ponen patas arriba o patas abajo, creo que, en mi caso, me puso totalmente del revés. Después llegaron otras más, como empeñándose en ponernos a prueba. Cambios que te llegan sin previo aviso, justo cuando crees que dominas tu vida y que todo es y está como tenía que ser, como siempre habías soñado y que, justo por eso, se viven como catástrofes emocionales que descolocan y resultan difíciles de asimilar.

Me ha llevado algún tiempo aceptar las emociones de estos últimos meses, entender que soy más de lo que me está sucediendo en estos momentos. He tenido que parar, olvidarme de proyectos, reajustar mis ilusiones...y ante todo, entender que tengo que aprender a aceptar los cambios que me trae la vida porque en ella, en realidad, nada es permanente. Voy despacio... pero ando.

Hoy, la vida me ha regalado uno de esos instantes mágicos que te llenan el corazón de una emoción intensa y sanadora. Ha nacido una niña. Es una niña más de las que nacen en el mundo y que, además, lo hacen en unas condiciones inhumanas e inimaginables para los que solo conocemos la comodidad de este lado del mundo. Ha nacido fuerte para gritarle al desierto saharaui que ni el calor ni las condiciones de pobreza en las que va a crecer, podrán hacerla infeliz. Ha llegado a una familia en la que los niños son su mayor tesoro, así que será una niña querida y cuidada como la que más.


Esta pequeña, desde hace unas horas, es un miembro más de mi familia saharaui, con la que tengo verdaderos lazos de cariño y amistad desde hace muchos años. Hoy, me han hecho un regalo precioso, de esos que dan abrigo al corazón: se llama Charo como yo y es la primera saharaui con ese nombre.

La he conocido a través de esta foto, recién nacida y, aunque sé que tardaré algún tiempo en poder cogerla y abrazarla, ya me siento unida a ella.

Gracias familia por este regalo, por hacerme sentir especial y por todo el cariño que me tenéis.   

lunes, 25 de abril de 2016

Sant Jordi en el desierto saharaui

Sábado, 23 de abril, Fiesta de Sant Jordi. En contra de las previsiones meteorológicas, que nos han tenido expectantes durante esta semana, la mañana luce soleada y hasta calurosa. 

"Grullas en la ventana" amanece temprano, para las 8 y media de la mañana, caballeros, dragones, princesas, rosas, y cuatro aventureros, dos caballeros, uno un poco dragón, y dos princesas, más guerreras que caballeros y dragones juntos, viajan hacia Sant Vicenç dels Horts, para pasar el día enseñando y vendiendo sus creaciones, aunque sus corazones y pensamientos, lo hacen hacia el desierto saharaui.   .

El lugar donde tenemos que montar nuestra parada, en la Plaza del Ayuntamiento, es un espacio acogedor, que encontramos ya en movimiento, porque otras paradas, la mayoría de ellas solidarias, se afanan en ponerlas bien visibles. Encontramos rápidamente nuestro lugar asignado, las mesas y la carpa puestas y la ayuda necesaria para poder colocarnos. Siempre es de agradecer una buena organización y un buen acogimiento. Gracias Sant Vicenç.    






La mañana soleada y el espectáculo infantil programado, el cuento de los tres cerditos, trae a familias con niños y se respira un aire de alegría. Por la tarde, la amenaza de lluvia, deja en sus casas, a los esperados visitantes. Y con una puntualidad absoluta, alrededor de las 7 de la tarde, empieza a llover, con mucha intensidad y tenemos que recoger a la carrera. 

Ha sido un día bonito, rodeada, como siempre, de los míos, un día de grullas y dragones, de libros, no de rosas, de collares saharauis y de convivencia con personas desconocidas que ponen su alma en otras causas justas. Ha sido el día de la supergrulla de colores imposibles y de un tamaño importante y cuya elaboración hemos grabado en vídeo. Ha sido un día en el que Luisa, por fin, ha aprendido a hacerlas, espero que ya haya conseguido ponerles las cabezas y las alas en su sitio.




Ha sido un día en el que se refleja muy bien la situación económica del país. La mayoría de la gente, no puede comprar rosa, libro y detallito a la vez, para muchos resulta una fiesta demasiado costosa. Así que, damos las gracias a todas aquellas personas que se acercaron a nuestra parada, comparan o no y compartimos con ellas, el deseo de hacer un mundo mejor, más solidario y más igualitario. Dentro de unos días, esa solidaridad viajará hacia uno de los campamentos de refugiados sahararuis, en Auserd, en forma de medicinas y alimentos. Gracias, a todos, muchas gracias.  


lunes, 22 de febrero de 2016

Grullas saharauis

Hay dos temas recurrentes en mi vida, aparte de las cuestiones que son importantes para todos, como la familia y los amigos: por un lado, mi gusto por las manualidades, por imaginar y crear a partir de materiales cuanto más básicos mejor, por otro mi preocupación y apoyo al Pueblo Saharaui, que lleva más de 40 años abandonado por toda la comunidad internacional, en uno de los lugares más inhóspitos del planeta.

grulla saharaui

Soy una persona sensible, intento vivir con los ojos bien abiertos, así que cualquier situación injusta, tanto individual como colectiva, me sacude profundamente. Mires hacia donde mires, es fácil sentir que el mundo no funciona porque nos empeñamos en complicar nuestras vidas y las de los demás. Un día tras otro, todo parece seguir inamovible. Intento ser solidaria y tener empatía, palabra muy de moda últimamente, pero tengo la sensación de que lo que hago siempre es insuficiente.

En los tres últimos años, he creado dos proyectos relacionados con las manualidades y que he destinado a dos Asociaciones de Voluntariado vinculadas con el ámbito de la medicina. He tenido la inmensa suerte de contar con algunas personas amigas, que se han implicado con el mismo entusiasmo y dedicación que yo, que han cedido su tiempo, mucho por cierto, y que han puesto mucho esfuerzo para que esos dos sueños concluyeran con éxito, a todas ellas mi mayor agradecimiento y mi cariño. Pero también he encontrado gente que se implicó al principio y que desapareció pronto, a todas ellas mi sensación de haber perdido un tiempo precioso y un regusto amargo. Y otra gente que participó, aprendió y luego se esfumó sin más, a esas mi sentimiento de no haber sabido calar en ellas.

He llegado a conclusiones difíciles. Ya no me gustan estas asociaciones que se dicen de utilidad pública y sin ánimo de lucro, voy a ser justa, no voy a generalizar: no me gustan las experiencias que he tenido con dos asociaciones concretas, a las que no pienso nombrar. Lo que he visto ha sido grupos de personas, todas en la creencia que son muy solidarias con los ajenos, pero que en la práctica, se cuidan poco y mal entre ellas, y grupos de presidentes y personal de confianza con mucho afán de protagonismo y que no dejan cuestionar ninguna de sus decisiones.

Como decía al principio, me gustan las manualidades y me gusta mi familia saharaui, con la que tengo una relación de muchos años. Acojo a sus niños, mis niños, durante los meses de verano, les envío paquetes con alimentos, medicinas y una cantidad de dinero cada 4 meses. Hasta hace unos días suponía sacrificar las vacaciones estivales y controlar el gasto cotidiano. Desde hace unas semanas, para mantener ese compromiso tan meditado en su día, supondrá sacrificar lo anterior y mucho más porque aunque el despido laboral de David nos traiga un futuro, ahora mismo, inseguro, el de ellos es aterrador, peor aún, inexistente. La subsistencia de mi familia saharaui y de todas las demás familias depende, exclusivamente de la ayuda internacional, cada vez más escasa, y de la solidaridad de personas índividuales que forman una red de apoyo común.

Creo que estaría bien aunar familia saharaui y manualidades. Estoy iniciando un proyecto, esta vez personal. Durante este año expondré mis trabajos, un domingo de cada mes, en un mercadillo artesanal en Cornellá, el pueblo donde vivo. Mi intención, además de conocer gente y hacer visibles mis creaciones, es conseguir algún ingreso extra con destino saharaui.

princesa y caballero que viven en casa de Sandra

Colocaré mi primer puesto el próximo día 17 de abril, una semana antes de la festividad de Sant Jordi. Me estrenaré con dragones, princesas y muchas cosas más, es un bonito comienzo. Me hace mucha mucha ilusión...

sábado, 8 de agosto de 2015

Las manualidades amansan a las fierecillas

Hoy he tenido toda la suerte del mundo. He pasado el día con Bryan y Dadahi, dos "fierecillas" a los que, la decisión conjunta de unos padres, alejados por kilómetros de distancia, ha unido, estoy segura, por muchos, muchos años.

Bryan es afortunado por tener unos padres solidarios y generosos, capaces de cuidar de Dadahi como si fuera su hijo también y que se empeñan, un día tras otro, en brindarle momentos sorprendentes para que pueda recordar. Bryan es afortunado porque sus padres le están enseñando a compartir y a conocer que en otras partes del mundo, hay realidades difíciles de entender.

Dadahi, un niño saharaui, que vive en los campamentos de refugiados de Tindouf, es afortunado por tener unos padres valientes, capaces de confiar plenamente en otros padres, a los que jamás han visto y a los que van a considerar parte de su hijo. Dadahi es afortunado porque sus padres le están enseñando que, para sobrevivir en el desierto, debe ser fuerte y que tiene que agradecer todo lo que, su familia española, hace por él.

Hoy han estado en casa con nosotros y ha sido uno de esos días que te hacen sentir muy, muy bien. Un día fantástico, con piscina, juegos, risas, manualidades, clases de fotografía y película antes de dormir. Tres horas de manualidades seguidas, sin parar, demostrando un interés y una concentración difícil de conseguir en niños de esa edad. Esta noche me siento afortunada porque cuidar de ellos ha sido un regalo.

Bryan nos enseña sus figuras; una rana, un pájaro y una morsa

El animal favorito de Dadahi es el león

domingo, 19 de julio de 2015

El deseo de una noche de verano

 

Hace ya algunos días que llegaron los niños saharauis, procedentes de los campamentos de refugiados de Tindouf, para pasar estos meses de verano acogidos por sus familias españolas. 
Nuestros niños, acogidos por familias de Sant Vicenç dels Horts, han llegado poco a poco, cansados tras muchas horas de un viaje que parece interminable, y  el nerviosismo y la incertidumbre de sus padres y hermanos de acogida, han dado paso a una convivencia alegre, llena de juegos, actividades, baños piscineros, comidas novedosas...y alguna que otra visita médica.

Cada año, nuestra Asociación celebra la llegada de los niños, con una cena solidaria que reúne a familias acogedoras y amigos, y que no solo supone un pequeño respaldo económico para los pequeños saharauis, es, además, un acto de encuentro de personas sensibilizadas con la lucha y la visibilidad de un pueblo olvidado por los organismos internacionales que sobrevive en el desierto tras casi 40 años de agónico destierro.    


Carreras continuas de niños-as, partidos de fútbol en los que de vez en cuando se añade algún padre, y que abandona a los pocos minutos pensando "que difícil es seguir el ritmo a estos niños", corros de niñas vestidas de gala, madres y padres que cocinan, otros que preparan las mesas y aperitivos, o que envuelven los regalos que más tarde se rifarán, gritos, risas, ensayos con la megafonía, y la llegada poco a poco de "invitados" que van escogiendo sus lugares en las mesas, y que inician charlas animadas. En la pantalla salen fotografías de los niños, y las emociones contenidas estallan en aplausos una y otra vez. Ya los tenemos aquí de nuevo...


Esta cena ha tenido momentos tristes y para el recuerdo, ausencia de personas importantes que llevan muchos años siendo el alma de esta Asociación porque están pasando por momentos de enfermedad, y mucho trabajo en común.  


También ha tenido momentos personales mágicos, de deseos cumplidos. Los niños y niñas saharauis pasaron por todas las mesas regalando una rosa de cartulina o goma eva a cada uno de los comensales provocando un ambiente especial y de sorpresa, ayudados por Sant Jordi que decidió alagar su fiesta hasta esta noche de verano. Un bonito broche final para Luisa, Mari Carmen y para mi y un deseo común cumplido.     


Y, suele ocurrir en contadas ocasiones, la magia del momento regaló otro momento inolvidable. El deseo de un niño, un deseo de esos incontenibles, se transformó en un número, el 1286, que se transformó, a su vez, en una bicicleta roja y estalló en la mirada y la cara más sorprendida que he visto hasta ahora. ¿Cómo lo sabías? ¿Cómo sabías que iba a tocar? Bryan, por que algunas veces, hay quien consigue concentrar todo el deseo en el corazón. Es algo muy difícil y está al alcance de muy pocas personas pero tú has sabido como hacerlo. Eso es ser especial así que tienes mucha, mucha suerte. 

jueves, 7 de mayo de 2015

El conflicto del Sáhara explicado de una forma sencilla

 

Una animación de Aleix Saló explica el conflicto del Sáhara. Muy recomendable para entender, de una forma sencilla, el sufrimiento del Pueblo Saharaui.

domingo, 25 de enero de 2015

La emoción de esta foto

Hay fotografías que emocionan especialmente. Esta es una de ellas, porque aparecen Toutou, y Toba, la niña, a la que no vemos desde que tenía 3 años. Se advierte el parecido con Machali, su hermano, y su mirada, su entrecejo arrugado, nos trae el recuerdo de la bebé que, por entonces, siempre estaba refunfuñando. Siento pena por llevar tanto tiempo sin poder abrazarlas...


martes, 8 de julio de 2014

Nunca antes un huevo duro me había gustado tanto

En el año 2008 fuimos a conocer a nuestra familia saharaui, que vive en Auserd, uno de los campamentos refugiados, situado en Tindouf.

Fueron unos días muy intensos y uno de ellos, muy especial. Mi hija Carla, que visitó también los campamentos, Rossana, una argentina-italiana que realizaba, por aquellos días, un proyecto en Auserd, Sonia que también visitaba a su familia y yo, pintamos las paredes de la guardería del barrio.


pinturas, pinceles, y...a  imaginar

futella tenía entonces 7 años y aparece pintando con una profesora

manos a...la pared

canciones y mímica

hubo una gran participación

Machali, que por entonces tenia 4 años, pintando conmigo

Los niños eran muy pequeños. Ninguno de ellos había visto antes el mar, la montaña o un árbol. Desde que nacieron, viven en el desierto, rodeados solo de arena y piedras.  


Sobrecoge pensar que la mayoría de estos pequeños no tendrán ni siquiera la oportunidad de conocer otras cosas, otros paisajes.


Cuando Segma, nuestra primera niña saharaui, estuvo con nosotros, no quería ir a la montaña. Imaginaba, que una vez arriba, irremediablemente rodaría hacia abajo. Su idea de una montaña era la que había visto en dibujos...


sábado, 28 de junio de 2014

¡Ya ha llegado!

El paquete con alimentos, ropa y medicamentos que mandamos a nuestra familia saharaui, ya está en Auserd. Su llegada conseguirá que el día se convierta en festivo: comerán alimentos imposibles de encontrar en los campamentos, utilizarán parte del dinero enviado para comprar algún extra, calmarán algún que otro dolor con las medicinas y los niños, disfrutarán de chucherías y chocolate. 

futella con el paquete

Las grullas han cumplido su labor: custodiar un paquete que se envía y se recibe con mucha ilusión.

lunes, 26 de mayo de 2014

Futella, una pequeña adulta

Es difícil escribir sobre Futella. Es fácil escribir sobre Futella. El problema es que nunca terminaría porque es una niña intensa, excepcional. Se podría decir mil cosas sobre ella y no sería suficiente.

Siempre ha sido una niña adulta, una mezcla que sorprende, sobre todo si se la compara con los niños y niñas que aquí tienen su edad. Orgullosa, sobre todo de ser saharaui. Altiva, cualidad que le ayuda a aprender deprisa. Valiente, supera todas las dificultades con las que se va encontrando. Inteligente, siempre interesada en saber, en ir más allá, en comprender esta parte del mundo, tan distinta al suyo. Dada a las comparaciones, de entre su vida y la nuestra, elige sin dudar la suya e intenta convencerte. Noble, antes de terminar de crecer, ya se sabe que será buena persona. Apegada a su familia, a su tierra sin futuro, a nosotros, su familia española. Fácil de querer, en sus afectos, sin embargo, no es orgullosa, nos quiere y nos lo dice, demuestra, aún ahora, lo importante que somos para ella. Fácil de cuidar, sabes que no la tienes que proteger, que está segura de sí misma.


Llegó tras  Segma, que nos trajo el desierto y a su sobrina. Tan distintas y tan iguales. Cinco años con ella, cinco veranos aprendiendo de una niña pequeña, recibiendo lecciones de sensatez y de supervivencia, diez meses, en total, que han cambiado nuestras vidas.

Este será el segundo verano que pasaremos sin ella. Se nota su ausencia,  el tiempo en esos días avanza muy despacio. La tristeza de no verla se apacigua al pensar que estará feliz con los suyos, al tener la certeza de que todo lo que ha vivido aquí le servirá, seguro, de que le ha hecho aún más fuerte, me atrevo a decir que hasta un poco más sabia.

Hoy Futella vive con su familia en Auserd, uno de los campamentos de refugiados saharauis situados en el sur de Argelia. Para nosotros, es nuestra niña.



Más sobre el Sahara en:
grullaseneldesierto.blogspot.com

jueves, 22 de mayo de 2014

Segma nos trajo del desierto

Segma trajo el desierto a casa. Piel morena, pelo rizado muy ensortijado, ojos profundos de un negro intenso, piernas y brazos desproporcionados y extremadamente delgados. Toda dulzura.
Conocerla nos dejó una huella profunda y nos hizo mejores como personas. Quererla fue muy fácil. Vive con su familia, en Auserd, uno de los campamentos de refugiados saharauis, situados en Argelia. Su recuerdo es eterno.




martes, 13 de mayo de 2014

Las grullas viajan a África

No podía ser de otra forma. Algunas de nuestras grullas viajan custodiando el paquete con comida y medicamentos que enviamos a nuestra familia saharaui. Llegarán hasta Auserd, uno de los campamentos de refugiados situados en el sur de Argelia.

Futella, nuestra niña saharaui
Un beso,
solamente un beso,
separa 
la boca de África
de los labios de Europa.

Liman Boicha, poeta saharaui.