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viernes, 5 de junio de 2015

Con lápices y acuarelas

Paralelamente hay una ilustración de 10 metros que es como una gran metáfora de la ambivalencia, no tiene palabras. Y ahí, sí se mezclan los dos personajes. Una ilustración que esconde una imagen que se recompone y en la que solo hay animales, pájaros, que representan a Pinkerton y mariposas, que representan a Butterfly.

El libro es de gran formato, exagerado, excesivo, como la ópera. Los biombos, las estampas y porcelanas japonesas son una fuente de inspiración para el autor. Incluso están presente en la forma del libro que recrea la forma de un biombo o de una mariposa.




  











Estos dibujos están realizados con lápices y acuarelas. Preciosos.

jueves, 4 de junio de 2015

El último canto del cisne

Y llegó una carta.

- ¿Volverá? -Era el grito del corazón, el grito de la esperanza después de tantas decepciones... Mi marido me prometió que volvería con el buen tiempo, cuando el petirrojo haga su nido. Aquí, ya lo ha hecho tres veces desde que él se marchó. Pero puede ser que en América tenga la costumbre de hacerlo menos a menudo.


La muerte de Madama no aparece dibujada en el libro porque, para el autor, la imaginación es mucho más fuerte, más poderosa que cualquier imagen que podamos crear. La muestra maquillándose, minutos antes de suicidarse, con esa metáfora del cisne rodeando su cuello: el último canto del cisne, su última metamorfosis. En la última imagen aparece, ya muerta, en lo alto de un árbol con las mariposas en el suelo.


El niño se marcha siguiendo al petirrojo.