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domingo, 15 de marzo de 2015

Leo ¿convertido en un dragón?


Tengo que compartir un pequeño susto que me he llevado durante la pasada noche. Mi gato Leo, un animal alocado, absolutamente cariñoso y curioso en extremo, todas las madrugadas, a eso de las 4, se despierta para realizar su acostumbrado paseo de reconocimiento. Sale de la habitación para comprobar que todo lo que más le gusta, sigue en el mismo sitio: su comida, el arenal para sus necesidades fisiológicas, la ventana que le divierte durante horas y donde toma el sol como el más atrevido de los turistas....sus juguetes.

Algunas veces, a esas horas, acostumbra a traerme un preciado regalo: una enorme rata de peluche que pone encima de mi barriga, no se si por que es su forma de decir que me quiere o porque, en realidad, me considera torpe e incapacitada para la caza de roedores y cree que, si no me la trae, voy a morir de hambre.

Esta noche ha vuelto a obsequiarme pero enseguida he notado que no era la rata. En la oscuridad de la noche, no se me ocurría que podía ser, su tacto era parecido al grano de una lija, su forma cónica y alargada, blando...como de goma. Curiosa, al abrir la luz de la mesita de noche, me ha recorrido en forma de sacudida de espanto, una idea terrorífica. El regalo era un gorro amarillo purpurina de una de las princesas de tapón que estamos realizando para Sant Jordi. No podía moverme porque no quería aparecer por la habitación de mis sueños, y comprobar la posibilidad de que princesas, dragones, caballeros, rosas y alguna cosa más, estuvieran esparcidos por el suelo o lo que sería peor, anduviesen hechos trizas.

Como suele ocurrir en esas situaciones a las que no me quiero enfrentar, he enviado a David, que con toda la valentía del mundo (para mí ha sido un acto muy heroico, igual que el de un caballero medieval) momentos después, aparecía sonriente trayendo la noticia de que todo estaba en orden.

No sé si Leo tiene conocimientos de cerrajería, el don de atravesar puertas cerradas, o si es que yo tengo descuidos continuo, el caso es que tiene una capacidad sorprendente de ser escurridizo y aparecer donde piensas que es imposible.

Lo cierto es que ahora, no dejo de imaginarlo como un dragón en busca de una princesa a la que devorar. Soy capaz hasta de sacarle algún parecido...esos dientes, ese rabo dando sacudidas ... no, me digo, son demasiado pequeños y termino de convencerme cuando lo siento acurrucado a mi lado, reclamando cariños y mimos.

sábado, 4 de octubre de 2014

Animales del mundo, esperanza de un lugar más justo para todos


Cada 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales, la vida animal en cualquiera de sus formas. Este día conmemora a San Francisco de Asís, santo italiano, fundador de la Orden Franciscana, que "consideraba, sin importar la diferencia, que todos somos criaturas de Dios, incluyendo a toda la realidad animada e inanimada". Está considerado patrono de los animales.

Durante este día se planean eventos especiales en todo el mundo, con el propósito central de recordar la importancia de las otras especies animales con quienes compartimos el planeta, muchas veces víctimas de nuestro egoísmo y crueldad.

Afortunadamente, cada somos más los que intentamos crear una nueva cultura de respeto y sensibilidad hacia los animales, con la esperanza de hacer de este mundo un lugar más justo para todos.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Una lección de convivencia

Tenemos cuatro mascotas, Puck, nuestro bichón maltés, Leo, nuestro gato común europeo, Indiana, nuestra tortuga "milagro" y su compañera, nuestra Dra, Jones.

Todos ellos son un ejemplo de convivencia, solo hay que verlos, tranquilos posando para esta fotografía. No existen distinciones de razas.

Puck e Indiana

Leo e Indiana

Dra. Jones, al fondo, Indiana, Puck y Leo

domingo, 21 de septiembre de 2014

Indiana volvió a nacer

Tengo dos tortugas de florida que cuando llegaron a casa, hace alrededor de 10 años, eran más pequeñas que una caja de cerillas. Una de ellas es hembra y se llama Dra. Jones; la otra es macho y su nombre es Indiana, como no. Hoy en día, el tamaño de ambas es un poco mayor que el de una mano extendida y viven plácidamente en la terraza de casa, dentro de un barreño color naranja, dónde disfrutan cada día de un buen rato de sol.

indiana

Hace 3 años Indiana volvió a nacer. Cayó desde la terraza a la calle, imagino que por la noche. Aún no he logrado encontrar la explicación de una combinación de factores que la hicieron llegar hasta el extremo superior del barreño, trepar y coger impulso para salirse de él. Alguien la encontró y la colocó en el portal de casa. 

Esa mañana ya me había dado cuenta que faltaba y mientras la buscaba, escuché a una vecina pequeña que se extrañaba que una tortuga herida estuviera en el portal. Cuando la vi, sentí una pena infinita: tenía el caparazón totalmente roto por debajo, se lo podías despegar sin más, una de sus patitas delanteras estaba rota, sangraba por la boca y uno de sus ojos se había inflado como un globo. No se movía, sólo emitía un sonido muy leve.

La veterinaria me explicó que no sobreviviría por mucho tiempo y que no se podía hacer nada. Volví a casa con ella, dispuesta a cuidarla y a que no muriera sola. La curé con alcohol rebajado en agua y le puse yodo, le dí una pizquita de ibuprofeno disuelto en agua, con una jeringuilla, apenas dos o tres gotitas. Envuelta en una toalla pequeña, se dejaba hacer, muy quieta, sin ningún atisbo de agresividad, me miraba y pensé que estaba hablándome con la mirada, que me decía que estaba agradecida.

a la izquierda, Dra, Jones, a la derecha Indiana

Pasó tres días críticos, tuvo diarrea, imagino que por el ibuprofeno, no comía, solo se dejaba curar y arropar en la toalla. El ojo volvió a su tamaño normal, la sangre dejó de salir y empezó a comer muy poquito a poco. A la fuerza tuvo que hacerse una tortuga de secano, no entró en el agua durante varios meses, hasta que se le cicatrizó  la concha, con la ayuda de una cinta adhesiva. La pata rota estuvo inmovilizada con un palo y una pequeña venda durante un mes, pero aún así, no recuperó la movilidad.

Caminaba arrastrando su patita  con una voluntad enorme. La fui introduciendo en el agua cada vez durante más tiempo y un día pensé que si las personas se rehabilitaban de algunas dolencias en el agua, podía intentarlo con ella. Llené la bañera con el agua suficiente como para que no se pudiera apoyar y tuviera que nadar y aunque tardó muchos días, consiguió recuperar el movimiento.

Desde aquellos días tenemos una relación especial. Sabe cuando estoy en la terraza y conmigo tiene una gran delicadeza. La puedo coger, no se esconde en su caparazón como hace con los demás, al contrario, sale entera, cabeza, pies y brazos, se estira, se contorsiona. Hemos aprendido a conectarnos de una manera especial: pongo mi dedo y ella me lo coge con la pata, levanta el cuello, esperando que se lo acaricie.


Y ahí sigue, en su barreño color naranja, dormitando sobre su piedra favorita, acompañado de Dra. Jones, que cada día es más huraña, y celebrando con mucho ruido, cada vez que levanto la persiana. Hace muchos meses que camina perfectamente...

miércoles, 23 de julio de 2014

¿A qué saben las grullas?

Puck se pregunta a qué saben las grullas

no se lo puede imaginar

espera a que bajen su vuelo

algún día lo descubrirá, hay tantas para probar

pero, ¿a qué saben?

martes, 22 de julio de 2014

¿A qué huelen las grullas?

Leo se pregunta a qué huelen las grullas

no sabe qué decir

prueba otra vez

algún día lo descubrirá...hay tantas para oler y jugar

pero...¿a qué huelen?

domingo, 6 de julio de 2014

Indiana y Doctora Jones

Tenemos dos tortugas de florida desde hace 10 años aproximadamente. Viven en una de las terrazas, en un barreño de color naranja, con dos piedras grandes, porque aunque son acuáticas, les encanta tomar el sol. Miden unos 2O centímetros y aunque son físicamente muy parecidas, la hembra, Dra. Jones, es un poco más grande.

Pero la diferencia principal está en sus caracteres. Ella es desconfiada, incluso agresiva, si puede te muerde. Para Indiana, el macho, soy alguien especial. Sólo conmigo se muestra confiado, se deja coger y le gusta que le acaricie la cabeza. Tiene una historia especial: Indiana es una "tortuga milagro", doy fe de ello. Otro día explicaré porqué.

viernes, 20 de junio de 2014

Progat

Progat es una asociación que realiza programas de control de colonias de gatos libres, en su hábitat, que son alimentados por personas. También da en adopción a los que, por cualquier motivo, no pueden continuar en él. Tiene como misión formar, informar y transmitir las ideas sobre el control ético de las colonias de gatos libres implicando a la administración, alimentadoras, vecinos partidarios,...

Nuestro agradecimiento a Progat-Igualada por la ayuda en la tramitación de la adopción de Leo y por toda la información y consejos que nos han dado.

Esta asociación tiene una página donde se pueden ver gatos, de distintas edades, abandonados, enfermos, perdidos,..., que necesitan un hogar y una familia que los acoja.

miércoles, 18 de junio de 2014

Uno detrás del otro y el otro detrás del uno

Hace 15 días que Carla trajo a Leo, este gatito al  que ya consideramos de la familia  y que hemos adoptado a través de Progat Igualada. Ya tiene puesta su primera vacuna, se le han realizado estudios de la sangre y tiene colocado el  chip. La impresión del veterinario es que está sano aunque algo desnutrido.


Su adaptación ha sido sorprendente, come bien desde el primer día, cumple rigurosamente con sus hábitos de aseo y se pasea por toda la casa como si estuviera haciendo turismo. No se esconde, al contrario, se deja coger y es confiado. Se le ve tranquilo y mantiene con Puck, nuestro perro, una relación entrañable. Juegan, se mordisquean, hacen combates cuerpo a cuerpo y los dos empiezan a entender que si se emocionan demasiado  es mejor dejar el juego para otro momento. Por la noche, Leo busca la compañía de Puck, se enrosca a su lado porque prefiere estar con él que dormir en su cesta. Si el ronroneo indica que está bajo un estado de placidez, Leo parece que está feliz.


Leo es cazador, caza cualquier cosa, cualquier mota en el suelo, nos caza incluso a nosotros. Busca lugares insospechados, se esconde, espera con paciencia en cualquier rincón y como no, tiene predilección por las grullas de papel. Se tira a la cesta de grullas como si se tirara a una piscina.


Lo cierto es que Puck ha dado muestras, una vez más, de ser un perro especial. Ha aceptado a Leo desde el primer día, se siente responsable de él, lo cuida y le marca algún que otro límite. Aún se sorprende de verlo estar en las alturas, me mira con cara de interrogación, con cierta preocupación. Emociona verlos hacerse mutuamente arrumacos, ver como va uno detrás del otro y el otro detrás del uno.



viernes, 6 de junio de 2014

Presentamos a Leo Pardo Zarpas

En los últimos dias hemos aumentado la familia. Ha llegado a nuestra casa, Leo, un gatito atigrado, de color gris con rayas negras y ojos amarillos verdosos, y un poco desnutrido. 


Lo encontró en la calle mi hija Carla, poco después de que un coche hubiera atropellado a su madre.


Lleva con nosotros tres días y ya se muestra tranquilo y confiado. Está entablando una entrañable amistad con Puck, nuestro bichón maltés, que, sin lugar a dudas, es el que más le está ayudando en su recuperación. 



miércoles, 21 de mayo de 2014

Puck, el paciente maltés

Mi vida se podría dividir en antes y después de David y de mis hijas, Irene y Carla. Lo mismo ocurre con la llegada de Puck. El cambio fue inesperado, nunca imaginé la relación tan intensa que íbamos a tener. Mi amor por esos cinco kilos de pelo tan blanco como la nieve es enorme.


Mi bichón maltés llegó en agosto de 2010. Por aquel entonces tenía dos meses y era un cachorro sedoso, curioso y juguetón. Destrozaba en un plis-plás los periódicos, se colaba literalmente dentro de la papelera, se metía debajo del sofá y se negaba a salir, por lo que teníamos que inventar barreras con cualquier objeto.


Puck ha crecido  sano y fuerte. Aprendió  pronto los hábitos de higiene y desde siempre se ha mostrado cariñoso y sociable. Tiene como compañeras de juegos a Anna y Nora, mis pequeñas vecinas a las que quiero un montón, y que en los días en los que él llegó, tenían 6 y 2 años respectivamente.
Con Anna la relación es tranquila, confía en ella y le gusta sentarse a su lado para observarla. Con Nora es un tú a tú, la considera un igual. Se buscan, se pelean, y a los numerosos achuchones e incordios de la niña, él reacciona con un gruñido de advertencia, siempre contenido.


Es un perro conocido en el barrio, le gustan las personas, todas, y se relaciona sin problemas con otros perros, grandes y pequeños, de cualquier raza, salvo pequeños desencuentros muy de tanto en tanto. Sin duda a Puck lo que más le gusta es la calle y sus paseos con David. También le gusta jugar a futbol en el pasillo de casa y cambiar las pautas del juego. Su casa es un circo de Ikea, y en ella acumula tesoros buscados por toda la casa.
Siempre está atento y a la espera. Recibe a cada uno de nosotros con una alegría inmensa y un amor incondicional. Puck hace feliz.