Daniela es toda rizos. Es preciosa y tiene casi cinco años. Aparenta timidez, pero cuando se suelta, es traviesa y "habla por los codos". Es una niña de esas que te hacen sonreír solo con mirarla, y que además, tiene un nombre igual de bonito que ella.
Daniela, de vez en cuando, es pastelera y cocinera, unas veces aprende de su mamá y otras de su yaya Mari. Moldea masa durante estas fiestas navideñas e inventa galletas que personaliza con el nombre de cada uno. Me ha mandado un paquetito con formas infantiles, a David y a Carla también, que huele a la ilusión de los primeros aprendizajes. Llevo todo el día tentada de "hincarles el diente", pero he pensado que me las comeré el primer día del nuevo año.