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domingo, 21 de febrero de 2016

Futella crece

¡Qué grande está Futella! Me ha costado muchísimo reconocerla, al final me he tenido que guiar por el número de albarán que la empresa que se encarga del reparto, da a nuestra ficha de envío.

Hoy también he hablado con mi familia saharaui. Futella está a cientos de kilómetros del campamento de Auserd, porque está cuidando y acompañando a su padre Gaizi, en el proceso de recuperación de una enfermedad, que en nuestro país tendría un tratamiento ambulatorio, pero que allí significa "un riesgo para la vida" y para el que no hay tratamiento médico, ni medicación. Ese lugar no es más que una parte de ese desierto con un poco de vegetación y algún que otro ganado que produzca leche fresca.

Me apena llevar semanas sin saber de ella, dónde está es imposible la comunicación, pero Toutou , su abuela, nos ha explicado que fue Futella la que decidió ir con su padre. No me extraña lo más mínimo, Futella ya desde muy pequeña, ha sabido lo que tiene que hacer, el sentido de familia que ella tiene, no se parece en nada al que por aquí tenemos. Podrá ser muy pobre, podrá no tener casa, podrá no tener tierra, podrá carecer de lo más básico, pero para ella lo más importante es su familia y nosotros formamos parte de ella.      


Siempre estoy preocupada por ellos, aunque tranquiliza saber, que vuelve a llegarles la ayuda internacional con una cierta regularidad, aunque falten muchas cosas, y que ya tienen en pie sus casas de lona, las de adobe tardarán bastante tiempo aún. Están construyendo una haima muy grande para que puedan refugiarse todos, en caso de nueva catástrofe. No me imagino una haima con capacidad para alrededor de 10.000 personas, no tengo datos concretos, pero creo que esos deben ser los habitantes del barrio 2 de Midjek, en Auserd.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Las grullas vuelven al Sáhara por Navidad



Las grullas alzan, de nuevo, su vuelo para visitar a nuestra familia saharaui, en los campamentos de refugiados situados al sur de Argelia. Esta vez llevan turrones de diversos sabores, cajas de galletas, chocolate, latas de conservas, latas de frutas en almíbar y golosinas para los más pequeños. También medicinas y todo nuestro amor.

Son alimentos que habitualmente no consumen y que consideran auténticos manjares. Los disfrutarán con la misma alegría de siempre, organizarán una pequeña fiesta y agradecerán con intensidad la amistad que tenemos desde hace años.

Cada Nuevo Año, no falta entre mis deseos, que vuelvan a sus casas. Sobre estas fechas, cuando ya casi termina el año, doy gracias porque han resistido un año más y porque todos conservan la salud, aunque sea a duras penas...


lunes, 29 de septiembre de 2014

Futella, con las ideas claras


Futella, recibiendo noticias nuestras. Hoy en día está viviendo fuera del campamento de refugiados de Auserd porque está estudiando en una localidad del norte de Argelia. Sigue manteniendo su ilusión por aprender, a pesar de que ello la obligue a estar lejos de su familia. Con las ideas claras... 

sábado, 28 de junio de 2014

¡Ya ha llegado!

El paquete con alimentos, ropa y medicamentos que mandamos a nuestra familia saharaui, ya está en Auserd. Su llegada conseguirá que el día se convierta en festivo: comerán alimentos imposibles de encontrar en los campamentos, utilizarán parte del dinero enviado para comprar algún extra, calmarán algún que otro dolor con las medicinas y los niños, disfrutarán de chucherías y chocolate. 

futella con el paquete

Las grullas han cumplido su labor: custodiar un paquete que se envía y se recibe con mucha ilusión.

lunes, 26 de mayo de 2014

Futella, una pequeña adulta

Es difícil escribir sobre Futella. Es fácil escribir sobre Futella. El problema es que nunca terminaría porque es una niña intensa, excepcional. Se podría decir mil cosas sobre ella y no sería suficiente.

Siempre ha sido una niña adulta, una mezcla que sorprende, sobre todo si se la compara con los niños y niñas que aquí tienen su edad. Orgullosa, sobre todo de ser saharaui. Altiva, cualidad que le ayuda a aprender deprisa. Valiente, supera todas las dificultades con las que se va encontrando. Inteligente, siempre interesada en saber, en ir más allá, en comprender esta parte del mundo, tan distinta al suyo. Dada a las comparaciones, de entre su vida y la nuestra, elige sin dudar la suya e intenta convencerte. Noble, antes de terminar de crecer, ya se sabe que será buena persona. Apegada a su familia, a su tierra sin futuro, a nosotros, su familia española. Fácil de querer, en sus afectos, sin embargo, no es orgullosa, nos quiere y nos lo dice, demuestra, aún ahora, lo importante que somos para ella. Fácil de cuidar, sabes que no la tienes que proteger, que está segura de sí misma.


Llegó tras  Segma, que nos trajo el desierto y a su sobrina. Tan distintas y tan iguales. Cinco años con ella, cinco veranos aprendiendo de una niña pequeña, recibiendo lecciones de sensatez y de supervivencia, diez meses, en total, que han cambiado nuestras vidas.

Este será el segundo verano que pasaremos sin ella. Se nota su ausencia,  el tiempo en esos días avanza muy despacio. La tristeza de no verla se apacigua al pensar que estará feliz con los suyos, al tener la certeza de que todo lo que ha vivido aquí le servirá, seguro, de que le ha hecho aún más fuerte, me atrevo a decir que hasta un poco más sabia.

Hoy Futella vive con su familia en Auserd, uno de los campamentos de refugiados saharauis situados en el sur de Argelia. Para nosotros, es nuestra niña.



Más sobre el Sahara en:
grullaseneldesierto.blogspot.com