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jueves, 2 de octubre de 2014

Un mosaico mágico

Un mosaico está elaborado con pequeñas piezas de piedra, cerámica, vidrio, cáscaras de huevo, conchas de mar, madera, porcelana rota u otro material similar, de diversas formas y colores, llamadas teselas, unidas mediante yeso u otro aglomerante, para formar composiciones geométricas o figurativas.

Se puede hacer un mosaico con casi cualquier elemento siempre que tenga un lado plano para unirlo a la base. Para garantizar una buena unión entre las piezas del mosaico y la base, la superficie debe estar bien limpia y sin polvo, suciedad o pintura vieja. En las superficies de madera hay que lijarlas y sellarlas antes de pegar las piezas. El diseño se puede transferir con o sin calco o bien con un lápiz blando directamente a la base.

Una vez esté realizado el mosaico se le aplica la pastina, una pasta hecha con una mezcla de polvo y agua. El polvo puede ser blanco o negro y puede ser teñido con un colorante en polvo o líquido. La pasta será utilizada para llenar los espacios entre las piezas del mosaico, obteniéndose una superficie lisa y logrando una unión fuerte de las piezas a la base.

Ya aplicada la pastina y cuando esté casi seca, se pule la superficie con un trapo suave para retirar cualquier residuo. Se deja secar por completo antes de pulir nuevamente las piezas y sacarles brillo.


Este vaso de cristal es ideal como florero o para sostener velas de Navidad. El material necesario para realizar este mosaico es:

  • Vaso de vidrio 
  • Teselas de vidrio o acrílico
  • Gel de silicona
  • Pastina negra
  • Trapo suave y esponja
  • Cepillo de dientes viejo 

Una vez pegadas todas las teselas de vidrio, el exceso de silicona se puede limpiar con un palillo.