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domingo, 12 de julio de 2015

¿Por qué los gallos solo cantan de cuatro a cinco?

Letra de madera pintada como un gallo


En un pueblo muy lejano, 
dos granjas juntas había,
cada uno con su gallo
que sus pelean tenían.

Al amanecer cantaban
los dos gallos a la vez,
cada día un poco antes
cada día un rato después.

Hubo un momento en el pueblo
que nadie podía dormir,
pues los gallos todo el día
cantaban el kikiriki.

De noche y día cantaban
cada cual más presumía
de sus cantos, de sus bailes
de las voces que tenían.

Los dos granjeros muy hartos
a los gallos advirtieron, 
que de seguir con sus cantos
les echarán al puchero.

Los gallos muy estirados
en su postura seguían, 
volviendo loca a la gente
con sus cantos todavía.

Los granjeros no dormían, 
y tan cansados estaban
que una noche sin pensarlo
al puchero los echaban,

Los gallos muy asustados,
decidieron intentar,
al fin ponerse de acuerdo
para volver a cantar.

Los lunes, cantaba uno
los martes, cantaba otro
hasta llegar el domingo
que cantaba cada uno un poco.

Los granjeros descansados
pues ya podían dormir, 
de las voces de sus gallos
empiezan a presumir.

Les han llevado a un concurso,
después de tanto ensayar
han decidido juntos
ponerse a participar.

El primer premio han ganado,
tan bien dan el recital,
que los granjeros contentos
les van a felicitar.

Los gallos muy orgullosos,
al pueblo van a cantar,
sólo de cuatro a cinco, 
no se vayan a cansar. 


Autora: María Alonso Santamaría, poetisa española y escritora de cuentos infantiles, Trabaja en proyectos de Educación  infantil y colabora en varios blogs educativos.

domingo, 6 de julio de 2014

El gallo que bebe café..

En casa no tenemos despertador. Su función la cumple, a la perfección, un gallo de plumas coloridas que, en contra de lo que es habitual, tiñe levemente sus alas de un color anaranjado, durante los meses de invierno.


figura de madera


Se ha situado en un lugar privilegiado de la cocina, encima de la cafetera, objeto importante en este hogar. Debe ser que le gusta el olor del café.

El lugar elevado que eligió demuestra que es territorial. No vuela porque desde ese sitio controla cualquier parte de la cocina, pero, especialmente, la puerta de entrada a ella. Observa, siempre vigilante, como Puck y Leo corretean por el pasillo detrás de la pelota, y si se les ocurre entrar, inmediatamente hincha su pecho y elevando la cabeza, emite un kikiriki desafiante, de advertencia.

Canta durante todo el día, emite sonidos distintos, armoniosos, rítmicos. Alguna vez, el canto es más parecido a un cacareo. Significa que quiere que vayamos a verlo, que le hagamos un ratito de compañía.




Es una delicia escucharlo. Su kikiriki más extraordinario lo concentra al amanecer, justo a las 6 de la mañana. Es el despertador más perfecto, no falla ningún día, ni sábados ni domingos, ni siquiera en los cambios de horario o de estación.

Desde siempre hemos tenido la certeza de que en esta casa se consumen más cápsulas de café de las que realmente tomamos. Empezamos a pensar que es tan perfecto en su puntualidad porque pasa las noches en vela, ayudándose de alguna que otra tacita de café...