Luisa me regaló hace unos meses este precioso dragón de amigurumi, una tendencia japonesa que consiste en tejer pequeños muñecos, mediante técnicas de crochet o ganchillo. El objetivo que persiguen los amigurumis es alimentar el espíritu del niño que todos llevamos dentro.
Estas figuras son objetos de apego ligados a conceptos de amistad, complicidad y compañía. Hay quien los tiene como un recordatorio de respirar, sonreír y hacer una pausa.
Por lo general se tejen usando lana o hilo de algodón, agujas de crochet o ganchillos y están realizados con la técnica de ganchillo en espiral, por lo que el tejido es continuo. La forma más básica y difundida es la esfera, sin embargo, se pueden crear infinidad de formas tanto en plano como en volumen, por lo que la variedad de diseños es prácticamente infinita.